Reproduzco aquí un texto que leí en la web Society of 2000 y que siempre me ha llamado la atención por su extraña poética.
Especialmente por lo extraño que resultan algunas situaciones, no se suele tener en cuenta los impulsos que la vida nos ofrece dia a dia a lo largo de nuestro paseo en torno a ella. Si alguna vez, los acontecimientos se precipitan sobre la rutina que aplasta con delirante insistencia la cotidianidad, la conclusión es que algo fuera de lo normal está ocurriendo y por lo tanto es ajeno a la existencia en sí. ¿Porqué?, la vida es, en esencia, todo lo que ocurre en ella, incluido lo que se supone que nunca habría de ocurrir.
Un consejo para cualquier alma sabia, es el de sentarse, en algunos de los muchos instantes que se suceden, a contemplar simplemente lo que ocurre en aquel preciso momento, y ya está. Cuando las referencias, tomadas como centros de articulación del quehacer diario, dejan de serlo, la ganancia producida en la conciencia se eleva por encima de toda idea preconcebida. Sin juicios previos, sin demagogias conceptuales, el entorno aparece vivo, luciendo su más clara espontaneidad.
Por debajo de los niveles aceptables, entendiendo niveles aceptables aquellos que predisponen al individuo a continuar siendo eso; un individuo, la actitud a tomar es sencillamente la de desarrollo dentro del subdesarrollo. Únicamente con actitudes positivas se vence toda indisposición de tipo crónico o temporal. Más allá de los sueños que invaden ciertos procesos neuronales, lo que se halla es indiferencia, que poco tiene que ver con la irregularidad, maravillosa que caracteriza a la vida.
Interpreto el consejo como una invitación a la meditación. Creo que más importante que sentarse a contemplar lo que ocurre fuera de nosotros mismos es simplemente el acto de detenerse y dedicar unos minutos a interiorizar para equilibrar nuestro espíritu, arrastrado por una irregularidad constante, a veces maravillosa y otras terrible.
ResponderEliminarGracias por la aportación. Efectivamente coincido con tu afirmación. Observar lo que ocurre, fuera...observar lo que ocurre dentro....A veces es casi la misma cosa ¿no crees?
ResponderEliminarHola Toni! Ojalá existiera siempre esa conexión! Pero qué poquitas veces exite un equilibrio entre el exterior y el interior... y es en esas ocasiones en las que realmente conseguimos sentirnos en paz con el mundo y con nosotros mismos.
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