El infinito es un concepto matemático extremadamente interesante. Es el tema que da nombre y sentido a este blog y ciertamente su existencia es determinante dentro del mundo de las matemáticas. No obstante tengo mis dudas de que el infinito tenga una existencia real fuera del dominio de las matemáticas.
El universo es realmente vasto, está poblado por miles de millones de estrellas pero aún así hasta el número de átomos existente en el universo es limitado. Se trata de un número extraordinariamente alto, pero con un límite al fin y al cabo.
Una vez un buen amigo me retó a un experimento mental sugerente, me dijo: “imagínate una matriz de 320 X240 pixeles donde cada pixel puede tener un valor de gris dentro de una escala de entre cero (negro) y 255 (blanco). Ahora intenta imaginarte el número de combinaciones que se pueden realizar únicamente con esa matriz limitada”. Obviamente, aún sin utilizar una calculadora, es fácil imaginarse que la cantidad de combinaciones es brutal. Incluso en una matriz tan simple se podrían almacenar miles de millones de imágenes, incluyendo todos los fotogramas de todas las películas que se han hecho, se harán o se podrían haber hecho alguna vez en la historia (en su versión en blanco y negro, eso sí) y aún así, llegaría un momento en el que se agotarían las combinaciones.
Incluso aunque demos por bueno conceptos como el multiverso, es decir que pensemos que todas las combinaciones posibles de vidas, universos y variaciones de la historia existen en paralelo en alguna parte, aún en ese caso, acabaremos encontrando un límite. Hasta el número de pensamientos posible tiene un límite.
Obviamente estamos hablando de números tan demencialmente altos que en la práctica para cualquier ser humano dichos números son equivalentes a infinito, pero no deja de ser curioso constatar esta diferencia.
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